AGV y RMA: comparación de dos sistemas de transporte autoguiados

Los vehículos de guiado automático (AGV, del inglés «Automated Guided Vehicles») y los robots móviles autónomos (RMA) tienen una tarea. Transportan materiales dentro de un almacén de un lugar a otro. Ahí terminan las características comunes de los sistemas de transporte autoguiados. En la ejecución de esta tarea, ambos sistemas no pueden ser más opuestos. Descubra ahora:

• Diferencias entre AGV y RMA
• Ventajas e inconvenientes de ambos sistemas
• Costes AGV y RMA

Durante mucho tiempo, los AGV o vehículos de guiado automático (VGA) eran la única opción para automatizar tareas de transporte interno. Surgieron en los años 50/60. Las actividades físicas pesadas, monótonas y repetitivas y los flujos de mercancía se transfirieron a los vehículos de guiado automático y se consideraban indispensables.

Con la creciente producción adaptada al cliente, la denominada personalización masiva exigía una mayor flexibilidad y escalabilidad de los sistemas de transporte. La flexibilidad requiere sistemas inteligentes. Así, en la década de 2010, los robots móviles autónomos salieron al mercado. Por lo tanto, AGV y RMA son dos términos que nos acompañan en la logística desde hace años. Sin embargo, si se trata de aclarar qué diferencias hay entre los dos, surge un gran interrogante. Por este motivo, aclaremos estos términos primeramente antes de ocuparnos de las diferencias.

La mayor diferencia entre los AGV y los RMA se encuentra en la navegación de los sistemas de transporte autoguiados. Los AGV transportan la mercancía en rutas definidas y se desplazan sobre raíles. Se orientan por marcas como cables, bandas magnéticas, huellas ópticas o reflectores que les permiten una localización. Esto hace muy complicada la planificación de los recorridos y requiere, en muchas ocasiones, medidas de reestructuración en la empresa.

Por el contrario, los RMA se desplazan de forma autónoma. Navegan mediante mapas que o se cargan o se elaboran por el RMA de manera independiente. Con el respaldo de cámaras, sensores y escáneres láser, así como un software inteligente, el RMA determina automáticamente el camino más corto hasta el destino. Para ello, los robots inteligentes adaptan sus rutas en tiempo real según las informaciones recibidas.

Gracias a sus tecnologías, tanto los AGV como los RMA son absolutamente seguros cuando se utilizan en el almacén. Ambos sistemas disponen de escáner de seguridad, a menudo cámaras y numerosos sensores.

Las diferencias entre los dos sistemas de transporte están en el comportamiento ante los obstáculos. Cuando hay un obstáculo, los AGV se detienen y esperan hasta que se despeje el camino. Los RMA esquivan los obstáculos y encuentran un camino «nuevo» hasta el destino. De ello es responsable la inteligencia artificial de los robots móviles autónomos.

Gracias a su navegación y al software inteligente, los RMA solo establecen mínimos requerimientos en el entorno. Se integran rápidamente y sin modificaciones de construcción en el proceso de transporte interno, incluso en pleno funcionamiento de la instalación. En la ejecución de las tareas de transporte, necesitan poco espacio y hacen transitables incluso los pasillos más estrechos.

Algo diferente es la situación con los AGV. Ya la planificación de la red de recorridos es muy laboriosa. A menudo es necesario llevar a cabo medidas de reestructuración, lo cual requiere una interrupción del funcionamiento normal de una instalación.

Gracias a su conducción autónoma, los RMA son más flexibles que los AGV dado que estos últimos están montados de manera fija.  Los AGV pueden cambiar con dificultad los recorridos y el tamaño de la flota y, a menudo, requieren de nuevo medidas de reestructuración.

Aquí destaca el RMA. En muy poco tiempo, adapta sus rutas y los procesos basándose en el software inteligente. Asimismo, el tamaño de la flota se puede adaptar según las necesidades para, por ejemplo, cubrir períodos de alta productividad o reaccionar ante los cambios del mercado.

Las tareas y los caminos de los AGV son muy claros y sencillos. Los flujos de transporte se desarrollan siempre enseguida, los recorridos no se cambian y, en caso de haber obstáculos, el vehículo se detiene. Este factor influye positivamente en la previsión y planificación de los AGV. Son puntuales, calculables y altamente eficientes en la ejecución de sus tareas de transporte.

Los RMA son a menudo más complicados de predecir cuando deciden los recorridos. Debido a su autonomía, no se puede prever cómo esquivan los obstáculos o cómo es la nueva planificación de las rutas. En este punto se imponen definitivamente los AGV.

En un principio, los RMA se utilizaban para el transporte de cargas más ligeras y los AGV para el transporte de palets. Hoy día, los campos de aplicación casi no se diferencian entre sí. Ambos sistemas de transporte autoguiados ejecutan las más diversas tareas en el transporte interno. Entre los campos de aplicación más frecuentes se encuentran el suministro de puestos de trabajo y líneas de producción, el respaldo de procesos de preparación y la conexión con el sistema de transporte o los sistemas automatizados de almacenamiento.

Tanto los AGV como también los robots móviles autónomos se pueden adaptar perfectamente a las necesidades del cliente. Además, los robots móviles autónomos se han desarrollado enormemente en los últimos años.  Entretanto, el transporte de palets tampoco supone ningún problema para los robots de transporte inteligentes, tal y como se puede comprobar de acuerdo con nuestro Open Shuttle Fork. Para ello, eche un vistazo a nuestra solución realizada para el transporte interno de palets en Fronius.

¿Qué sistema de transporte automático es entonces más rentable? A primera vista, los costes de adquisición de los AGV son menores que los de los RMA. Estos últimos son más caros debido a su inteligencia y el complejo equipamiento de sensores. Sin embargo, si se calculan los gastos para el equipamiento del entorno, así como la planificación y la instalación más complicadas de los AGV, en muchas ocasiones resultan gastos más elevados.

Además, la puesta en marcha conlleva a costosas interrupciones en la producción, siempre que no se trate de una construcción completamente nueva. Por otro lado, los RMA tienen una rápida implementación y suponen un aumento inmediato de la eficiencia. También las modificaciones posteriores se llevan a cabo de manera mucho más rápida y sencilla con los RMA.

¿Ahora usted se pregunta qué criterios se deberían considerar al elegir el sistema de transporte autoguiado? Las siguientes cuestiones son decisivas para la elección entre AGV y RMA:

• ¿Para qué tareas de transporte se debe emplear el sistema correspondiente?
• ¿El sistema debe ser adaptable y escalable?
• ¿Los flujos de mercancía son constantes o están sujetos a una elevada dinámica?

Para recorridos invariables, flujos de mercancía constantes y una menor cantidad de obstáculos, es preferible utilizar los AGV. En este caso, son más económicos y ejecutan sus tareas de manera precisa y fiable. Si las rutas y las tareas de transporte varían, los RMA son seguramente la mejor elección.

Sin embargo, «el cambio es la nueva normalidad». Los cambios del mercado están a la orden del día. Todos luchamos contra la decreciente planificación, la escasez de personal y de recursos. Por eso, en la actualidad, los sistemas de transporte autoguiados deben poderse integrar y adaptar rápidamente. Un entorno de producción moderno no debería ser dependiente de una tecnología inflexible. Conclusión: los RMA son superiores a los AGV en términos de flexibilidad, escalabilidad, tiempo de instalación y rentabilidad.

La planificación de una solución de automatización integral es, sin embargo, mucho más compleja que la decisión entre AGV y RMA. En ocasiones son parte de una solución híbrida. Se trata de una mezcla de sistemas de transporte autoguiados, sistemas de transporte manuales y automatizados, modernas estaciones de preparación y tráfico mixto. Además, no debe faltar el componente clave de una exitosa solución de automatización: un software inteligente. Nuestro estudio de caso en Magna Assamstadt muestra cómo podría ser tal solución de automatización en la práctica.

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